Bonifacio Alfonso

(San Sebastián, 1933 ─ 2011)

Obras del autor

XX - XXI Español

Bonifacio Alfonso es uno de los principales protagonistas de la abstracción vasca del siglo XX. Creador de un lenguaje muy personal, sus obras muestran un estilo expresionista propio, marcado por el subjetivismo. Nace el 19 de junio de 1933 en San Sebastián. Debido a circunstancias personales y familiares, durante su juventud ejerce varios oficios: camarero, novillero, rotulista y pintor de brocha gorda, llegando incluso a trabajar como batería en un grupo de jazz. Sin embargo, paulatinamente, su interés por el arte y la creación se va imponiendo frente al resto de actividades.

En 1955, tras recuperarse de una dramática cornada, es galardonado con el Primer Premio de Pintura de San Sebastián. Ese mismo año, con intención de ampliar su conocimiento de esta disciplina, se matricula en la Escuela de Artes y Oficios. Esta etapa resulta fundamental, tanto por la formación que recibe como por su relación con dos de las grandes personalidades del arte vasco no figurativo: Jorge Oteiza (1908-2003) y Eduardo Chillida (1924-2002). Tres años más tarde, en 1958, presenta su primera exposición individual en el Ateneo Guipuzcoano y se traslada a la capital francesa donde, como tantos otros artistas españoles de su tiempo, descubre las corrientes plásticas más vanguardistas. En 1966, por razones personales, se instala en Bilbao, ciudad en la que residirá hasta 1968. Durante este periodo Bonifacio realiza una pintura abstracta de tintes informalistas que sienta las bases de su trabajo de madurez.

A principios de los años sesenta es becado por el Ayuntamiento de San Sebastián y por la Diputación de Bilbao. A finales de esa década, animado por Fernando Zóbel (1924-1984), que en 1967 había adquirido dos cuadros suyos para el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, se instala en esta ciudad, donde vivirá durante más de veinte años. Allí participa en la elaboración de las vidrieras de la catedral y entra en contacto con numerosos creadores españoles del momento, como José Guerrero (1914-1991), Manuel Millares (1926-1972) o Antonio Saura (1930-1998). En este contexto aprende la técnica del grabado gracias a Antonio Lorenzo (1922-2009), consagrándose como un gran artista dentro de esta práctica. Bonifacio empieza a formar parte de la galería Juana Mordó en 1970, realizando su primera muestra individual en el espacio de Madrid ese mismo año. Desde 1991 hasta poco antes de su muerte fija su residencia en la capital.

A lo largo de su vida participa en numerosas exposiciones, tanto en la mencionada galería como en Antonio Machón y en importantes instituciones, entre las que destacan el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Museo San Telmo de San Sebastián. En 2003 el Círculo de Bellas Artes de Madrid le dedica una completa retrospectiva. Su personal trabajo ha sido galardonado con varios reconocimientos, entre los que sobresalen el Premio Nacional de Grabado (1993) y el Premio de las Artes de la Comunidad de Madrid (2005). Bonifacio fallece el 16 de diciembre de 2011 en San Sebastián.