XX Español
 
Tras cursar estudios en la Institución Artística de Enseñanza (IADE), su consolidación como artista se vincula a la formación del grupo Atlántica, del que formaron parte junto a artistas como Antón Patiño, que después se convirtió su marido, Antón Lamazares o José María Freixanes, renovadores del panorama artístico gallego. Trabajó en diseño gráfico.
 
Su pintura se formula en torno a una tensión definida por el color. Grandes superficies cromáticas, densas, vibrantes u opacas que pugnan entre sí y la composición con una particular emblemática “primitiva” (lunas, peces, gatos, serpientes o evocaciones humanas).
 
Desde la mitad de los años ochenta ha evolucionado hacia una mayor síntesis constructiva al tiempo que daba paso a una depuración del color, los tonos y la composición, manteniendo las particularidades de su iconografía así como un planteamiento frontal en cuanto a la estructura de la composición.
 
Hacia 1991, sobre unas imágenes fragmentadas de muros con letras y números impresos, se superponen colores puros con formas geométricas. En esta nueva etapa el plano circunda la imagen y se extiende más allá de los límites marcados por el propio cuadro. En 1993 evolucionan las relaciones entre el color y la composición, añadiendo nuevos signos a su habitual iconografía.
 
Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel nacional como internacional y su obra forma parte de importantes colecciones y museos.