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https://www.coleccionbbva.com/en/autor/marti-i-alsina-ramon-2/
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autor
14008
Ramón Martí i Alsina
(Barcelona, 1826 – 1894)
Obras del autor
XIX Español
Considerado como uno de los más destacados representantes del realismo en España, Ramón Martí i Alsina jugó un papel fundamental en la renovación de la pintura catalana durante la segunda mitad del siglo XIX. No solo inició un nuevo concepto pictórico, sino que contribuyó a liberar la enseñanza artística en Cataluña de los métodos académicos impuestos y promovió la creación de las exposiciones de Bellas Artes en Barcelona.
Nacido en el seno de una familia humilde que no aprobaba su formación como pintor, decide estudiar filosofía a la vez que asiste a las clases nocturnas de dibujo en la
Escuela de la Lonja
Fundada en 1775 por la Junta de Comercio de Barcelona como Escuela Gratuita de Diseño, un centro de formación oficial de artes aplicadas. Tenía su sede en el Palacio de la Lonja de Mar, de donde proviene su nombre. A lo largo del siglo XIX su enseñanza va evolucionando: se introducen nuevas asignaturas, y progresivamente se van separando la sección de Artes y Oficios y la de Bellas Artes. En 1940 la Escuela Superior de Bellas Artes abandona la Lonja y en 1978 se constituirá como Facultad de Bellas Artes. La Escuela de Artes y Oficios se trasladará a otra sede en 1967, aunque seguirá siendo conocida como Escuela de La Lonja. En esta misma sede surgió, a mediados del siglo XIX, la Academia Provincial de Bellas Artes, renombrada posteriormente (1930) como Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge (que mantiene su sede en La Lonja). La Academia marcaba las pautas del arte oficial catalán, propugnando el academicismo.
; sin embargo, sus convicciones artísticas se fraguan de manera autodidacta, al margen de las enseñanzas oficiales.
Este autoaprendizaje le mueve a ponerse en contacto con el ambiente artístico más avanzado; con este fin, en 1855 visita la Exposición Universal de París, que le permite conocer la obra de los paisajistas de la
Escuela de Barbizon
Conjunto de pintores franceses, encabezados por Théodore Rousseau (1812-1867), que se reunían entre 1830 y 1870 en el entorno del bosque de Fontainebleau, cerca del pueblo de Barbizon, localidad que posteriormente daría nombre al grupo. Este surgió como respuesta al sistema social y artístico vigente en París, en el que imperaban los criterios propios de la tradición neoclásica. Practicaron una pintura naturalista basada en la representación del paisaje; comenzaron a tomar apuntes del natural, para llevar a cabo una investigación directa sobre los efectos lumínicos, constituyendo el punto de partida del
plenairismo
Término procedente del francés
au plein air,
que hace referencia a la pintura realizada al aire libre con el objetivo de representar y captar la atmósfera de la manera más realista e instantánea posible. Supuso una revolución en la pintura de paisaje a mediados del siglo XIX, cuando los artistas decidieron salir a tomar apuntes del natural, destacando la importancia de la observación directa de la naturaleza. Se considera a la Escuela de Barbizon como su precursora y a los impresionistas franceses sus principales impulsores. Conoció su máximo esplendor a partir de 1870, con la comercialización de materiales más ligeros, como el tubo de óleo portátil o la aparición del caballete de campo, que facilitaban la práctica pictórica fuera del taller.
o pintura al aire libre. Su modo de aproximación al paisaje supuso un gran avance, y los señala como el precedente más inmediato del impresionismo.
y de Gustave Courbet (1819-1877), encontrando la continuidad del camino que él ya había comenzado de manera intuitiva.
En 1859, tras casi ocho años ejerciendo de profesor en la Lonja, es nombrado Académico. En su discurso de ingreso manifiesta su oposición al
nazarenismo
Movimiento con el que se denomina a los defensores de la estética adoptada por un grupo de pintores del
Romanticismo
Movimiento cultural que se originó en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII como reacción contra la Ilustración, dando prioridad a la exaltación de los sentimientos y a la búsqueda de la libertad. Se extendió por toda Europa, surgiendo distintas tendencias según el país donde se desarrolló. El Romanticismo pictórico vivió su mayor apogeo en Francia entre 1820 y 1850, sucediendo al Neoclasicismo. Su objetivo principal fue oponerse a las normas de la pintura académica, rompiendo con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas y apostando por una pintura más subjetiva y original. Entre sus características formales destaca el uso de fuertes contrastes lumínicos, la importancia del color sobre el dibujo y el uso de una pincelada impetuosa y espontánea, aumentando así la sensación de dramatismo de la escena. Sus máximos representantes fueron en Alemania Caspar David Friedrich (1774-1840), en Reino Unido John Constable (1776-1837) y J. M. W. Turner (1775-1851) y en Francia Théodore Géricault (1791-1824) y Eugène Delacroix (1798-1863).
alemán conocidos como Nazarenos, que pretendían reivindicar la integridad y espiritualidad del arte cristiano medieval. Durante el primer tercio del siglo XIX muchos artistas catalanes se sintieron atraídos por la doctrina de este grupo, y adoptaron su lenguaje como el estilo oficial y académico que se irradiaba desde la Escuela de la Lonja.
que imperaba en la enseñanza oficial. Su taller comienza a ser lugar de tertulia, convirtiéndose en un reducto de reflexión artística, donde expone su metodología sin imponer su estilo.
Desde 1858 hasta 1862 participa en la
Exposición Nacional de Bellas Artes
Exposición de arte oficial celebrada en Madrid desde la segunda mitad del siglo XIX, que marcaba las pautas del arte académico español del momento. Se estructuraba en cinco secciones: pintura, escultura, grabado, arquitectura y artes decorativas, siendo la sección de pintura el eje principal. A su vez, se otorgaban diversos premios: medallas de primera, segunda y tercera clase, y la medalla o premio de honor, también llamada mención honorífica. Fue uno de los acontecimientos artísticos más importantes a nivel nacional, convirtiéndose en medio esencial para cualquier artista que pretendiese obtener prestigio. Por su carácter conservador y academicista, se mostró poco receptiva a muchos de los movimientos emergentes, y a menudo las obras más innovadoras eran rechazadas o ubicadas en lugares secundarios (que acabaron denominándose "salas del crimen").
de Madrid, obteniendo varias medallas. Comienza a tener numerosa clientela entre la burguesía catalana del momento, hecho que le permite trabajar libre de preocupaciones económicas.
En 1866 renuncia a su cargo de Académico por razones ideológicas y un año después viaja de nuevo a París, donde sus convicciones artísticas se refuerzan. Esto marca un antes y un después en su trayectoria, dando comienzo a lo que se conoce como su época de esplendor, que durará hasta 1880. Aumenta su producción y comienza su actividad como promotor principal de la
Sociedad para Exposiciones de Bellas Artes
Asociación fundada en 1868 por el pintor Ramón Martí i Alsina (1826 -1894) para promover y organizar exposiciones de Bellas Artes en Barcelona en un momento en el que este tipo de eventos escaseaban en la ciudad condal. Creada bajo el patrocinio del empresario y político Manuel Girona, esta Sociedad consiguió unos terrenos en el Paseo de Gracia, donde se construyó un edificio que permitió, hasta 1874, volver a celebrar exposiciones. Este hecho supuso la reactivación y el enriquecimiento del panorama artístico de la ciudad, ya que animaba a los artistas a producir a la vez que despertaba el interés del público. Las principales figuras presentes en estas muestras, además del propio Martí i Alsina, fueron sus discípulos, entre los que destacan Joaquim Vayreda (1843-1894) o Modest Urgell (1839-1919), todos ellos protagonistas de la renovación pictórica catalana.
en Barcelona.
En 1870, al negarse a jurar la constitución de la monarquía amadeísta, es destituido de su puesto como profesor, hecho que supone su alejamiento de los círculos oficiales. En 1872 fallecen, casi simultáneamente, dos de sus hijos. Por este tiempo sus recursos económicos empiezan a ser precarios, y tiene que endeudarse.
Tras el fallecimiento de su esposa en 1878, se traslada a París, donde vivirá hasta 1880. Al regresar a Barcelona se encuentra con un ambiente demasiado cerrado para lo que él ambiciona. Durante esta etapa, que dura hasta su muerte, sus necesidades económicas le obligan a aceptar encargos de carácter comercial, lo que limita su evolución artística, pues disponía de poco tiempo para dedicarse a la creación libre; aun así, durante ese periodo logró realizar obras de gran calidad.
Fallece en Barcelona el 21 de diciembre de 1894 a causa de una enfermedad agravada por salir a pintar al aire libre, en su empeño por continuar sus estudios sobre el mar.