Salvador Victoria

(Rubielos de Mora, Teruel, 1928 – Alcalá de Henares, Madrid, 1994)

XX Español

Salvador Victoria fue una figura fundamental en la renovación de la pintura española de finales del siglo XX. De origen turolense, debido a la guerra civil, se traslada con su familia a Valencia. Allí comienza su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde recibe un sistema de enseñanza académica marcada por la tradición luminista de Joaquín Sorolla (1863-1923). Una vez finalizados sus estudios, decepcionado con el ambiente normativo que se está viviendo en España, se establece temporalmente en Ibiza, donde se produce su primer contacto con la vanguardia europea. En la isla conocerá a importantes artistas nórdicos que despertarán en él el interés por la pintura abstracta.

En 1951 realiza su primera exposición individual en el Círculo Artístico y Literario de Granada. En 1956, animado por la experiencia en Ibiza, se instala en París, capital de la vanguardia artística y cultural. Allí se relaciona con los principales protagonistas de la abstracción española, como Eusebio Sempere (1923-1985) y Lucio Muñoz (1929-1988), con los que expone en muestras colectivas. Además, frecuenta conciertos, conferencias y exposiciones que le permiten conocer las corrientes más actuales: el
y el
. Esta estancia de casi diez años es decisiva para su evolución hacia una abstracción matérica en la que se puede observar la influencia de la caligrafía oriental. En 1960 participa en la XXX Bienal de Venecia, donde volverá a exponer en 1968 y 1972, y funda el Grupo Tempo. Salvador Victoria complementa todas estas experiencias artísticas con la lectura de textos teóricos fundamentales, entre los que destacan Teoría del arte moderno de Paul Klee (1879-1940) y Punto y línea sobre el plano y De lo espiritual en el arte, de Vasily Kandinsky (1866-1944). Las reflexiones de estos creadores en torno a la pureza del trabajo gráfico y sus indagaciones sobre las formas geométricas, entre las que destaca el círculo, marcarán formal y conceptualmente el futuro trabajo de Victoria.

A mediados de la década de los sesenta regresa definitivamente a España, instalándose en Madrid. Coincidiendo con su vuelta, entra a formar parte del grupo de artistas vinculados a la Galería Juana Mordó, inaugurada en 1964. En 1967 participa en la Bienal de São Paulo y un año más tarde presenta su primera exposición individual en la galería mencionada anteriormente.

En estos momentos, sus obras sufren una reordenación de espacio y una síntesis formal. Este cambio se puede ver en los collages de lienzo curvilíneo que no abandona en el resto de su producción. El círculo, la pirámide y demás formas geométricas se convierten en los ejes principales de sus piezas, dotándolas de volumetría y viveza con el uso de colores cálidos como dorados, rojos y morados.

La obra de Salvador Victoria es circular y coherente, fruto de una investigación plástica constante que le lleva a transitar por los caminos del
y la depuración geométrica hasta encontrar un lenguaje totalmente personal, marcado por la pureza, la luz, la forma y la gestualidad.

Salvador Victoria fallece el 27 de junio de 1994 en Alcalá de Henares tras una repentina enfermedad.

Su producción ha sido expuesta en numerosas muestras tanto nacionales como internacionales, y está presente en las colecciones de prestigiosas instituciones, entre las que destacan el Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Museo de Bellas Artes de Bilbao.