Alberto Corazón

(Madrid, 1942 - 2021)

Casa del poeta

2007

hierro dulce, firmada y numerada (82/100)

42 x 12 x 12 cm

Nº inv. 36036


La importante labor de Alberto Corazón en la modernización gráfica de grandes empresas e instituciones españolas desde la Transición no ha eclipsado su reconocimiento como artista pionero del
en España. A semejanza de su producción gráfica, su obra plástica lleva el sello de la transversalidad y la experimentación, recurriendo a menudo a conocimientos interdisciplinarios y a un imaginario cotidiano.

Sus primeras obras conceptuales en la década de los setenta exploran imágenes e iconos de los mass media, así como sus mensajes y soportes (fotogramas, negativos, procesos de impresión). Tras un hiato durante los años ochenta, en los que se centra en su carrera como diseñador, en la década de 1990 retoma, renovándola, su producción pictórica y escultórica.

Corazón aborda su trabajo de diseñador-artista con una actitud muy próxima a la del agrimensor, cuyo oficio consiste en la medición del territorio. Su proyecto de dibujos Cuaderno del nómada (1993) supone el inicio de una búsqueda creativa, a partir de la cual reflexiona sobre las señales que el viajero va encontrando a lo largo del trayecto; se trata de imágenes del día a día, objetos comunes en los que descubre algún aspecto susceptible de convertirse en icono y, con ello, en elemento estructurador de la realidad.

La sugerente iconografía de su lenguaje artístico es patente en su escultura de 2007 Casa del poeta. El objetualismo simbólico de su producción comunica un gusto por lo cercano, literario y atemporal. En esta delicada casa que se equilibra sobre tres pilares confluyen lo poético y la exploración creativa sobre el signo y el arquetipo, dando como resultado una pieza que funciona a modo de poesía visual.

La escultura de hierro se extrajo de un vaciado que produjo una tirada de cien piezas. Acompaña a la obra esta breve reflexión:

La obra de arte no tiene explicación. 
Se nutre tan solo de referencias.

Casa del poeta remite a un arquetipo anclado sólidamente en nuestro psiquismo: la casa es el lugar en donde guardamos el alma, un espacio de armonía íntima, un refugio ante un entorno a veces incomprensible. 

Esta casa se eleva, sobre la tierra?
sobre el agua?

Y lo hace, no podría ser de otro modo, 
de forma poco lógica

Alberto Corazón