Del Gótico al Renacimiento en la Colección BBVA

Si bien dentro del apartado “arte antiguo” es preponderante la representación de la pintura europea del siglo XVII, la Colección BBVA cuenta también con una serie de obras anteriores que sobresalen por su singularidad y calidad. Estas piezas, de muy variados géneros y estilos, ofrecen unas pinceladas de la pluralidad y riqueza cultural de este continente en un momento crucial para su devenir histórico y artístico: la apertura de la Edad Moderna. En la presente exposición se han querido resaltar algunas de ellas, agrupadas en torno a los núcleos que se detallan a continuación.

La muestra se abre con una selección de tablas tardogóticas de carácter religioso de finales del siglo XV, que dan cuenta del modelo de pintura flamenca y de su traducción en España. Varios magníficos ejemplares altoaragoneses y catalanes ponen de manifiesto que los rasgos propios del gótico −fondos dorados, marcados pliegues o gesto solemne− aparecen ya en simbiosis con otros plenamente renacentistas.

En la siguiente sala, un conjunto de estampas procedentes del Civitates Orbis Terrarum permiten al espectador un acercamiento a la configuración de varias ciudades españolas en el siglo XVI. Considerada la publicación de mapas más detallada del mundo moderno, cuya ejecución y difusión serían sólo posibles gracias a la expansión de la imprenta, este documento constituye un instrumento imprescindible para la comprensión del fenómeno urbano europeo en esta época.

Se ha dedicado otra sección al retrato, en particular al humanista, teniendo en cuenta la especial relevancia que alcanza el género y su espectacular desarrollo, al convertirse en herramienta de reivindicación social y simbólica del representado a la vez que en medio de vida del artista en un momento de disminución de encargos de carácter religioso.

Para terminar, un conjunto de óleos enmarcados en el arte sacro renacentista evidencian la heterogeneidad con la que el modelo de los maestros italianos se expande por tierras europeas durante el siglo XVI, adaptándose en cada caso a las propias tradiciones. Ejemplo de esto último es el pequeño altar privado, atribuido a Juan de Soreda, en cuya composición y tratamiento de figuras y paisaje queda patente el conocimiento de la obra de Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.

En definitiva, a través de algo más de una veintena de cuadros pertenecientes a la Colección BBVA, esta muestra aspira a reflejar la disparidad cultural de Europa en un periodo de auge económico y expansión territorial. A lo largo de los distintos apartados, el espectador podrá contemplar en detalle excelentes piezas de autores tan destacados como Pedro Díaz de Oviedo, Frans Hogenberg, Corneille de Lyon y Luis Vélez.