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Del Romanticismo a la Modernidad
13171
itinerario
13171
Del Romanticismo a la Modernidad
Este itinerario aborda el periodo que va desde el
Romanticismo
Movimiento cultural que se originó en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII como reacción contra la Ilustración, dando prioridad a la exaltación de los sentimientos y a la búsqueda de la libertad. Se extendió por toda Europa, surgiendo distintas tendencias según el país donde se desarrolló. El Romanticismo pictórico vivió su mayor apogeo en Francia entre 1820 y 1850, sucediendo al Neoclasicismo. Su objetivo principal fue oponerse a las normas de la pintura académica, rompiendo con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas y apostando por una pintura más subjetiva y original. Entre sus características formales destaca el uso de fuertes contrastes lumínicos, la importancia del color sobre el dibujo y el uso de una pincelada impetuosa y espontánea, aumentando así la sensación de dramatismo de la escena. Sus máximos representantes fueron en Alemania Caspar David Friedrich (1774-1840), en Reino Unido John Constable (1776-1837) y J. M. W. Turner (1775-1851) y en Francia Théodore Géricault (1791-1824) y Eugène Delacroix (1798-1863).
a los años anteriores a la contienda civil, en los que aparecen las vanguardias españolas.
La selección pone de manifiesto la riqueza de la pintura española del momento a partir de ejemplos del
Romanticismo
Movimiento cultural que se originó en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII como reacción contra la Ilustración, dando prioridad a la exaltación de los sentimientos y a la búsqueda de la libertad. Se extendió por toda Europa, surgiendo distintas tendencias según el país donde se desarrolló. El Romanticismo pictórico vivió su mayor apogeo en Francia entre 1820 y 1850, sucediendo al Neoclasicismo. Su objetivo principal fue oponerse a las normas de la pintura académica, rompiendo con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas y apostando por una pintura más subjetiva y original. Entre sus características formales destaca el uso de fuertes contrastes lumínicos, la importancia del color sobre el dibujo y el uso de una pincelada impetuosa y espontánea, aumentando así la sensación de dramatismo de la escena. Sus máximos representantes fueron en Alemania Caspar David Friedrich (1774-1840), en Reino Unido John Constable (1776-1837) y J. M. W. Turner (1775-1851) y en Francia Théodore Géricault (1791-1824) y Eugène Delacroix (1798-1863).
pleno, en los que fue una constante la interpretación de tipos y costumbres populares (Rodríguez de Guzmán). A la pintura panorámica de paisaje (Gonzalvo) y la de perspectivas o representaciones de interiores (Kuntz), dos géneros habituales en la época, se suman ejemplos de paisaje al aire libre, en los que está presente una nueva sensibilidad naturalista en la que se ensalza la fuerza y la belleza de la naturaleza, un realismo en el que se interpreta de forma directa el motivo representado (Martí i Alsina).
A la importancia de la pintura española en Roma, el centro de formación más relevante a lo largo del siglo (Sorolla, Villegas, Guinea, Peña y Gallegos Arnosa), se suma el foco parisino relacionado con el gran mundo (Madrazo) y el orientalismo tan de moda en esos años (Madrazo, Villegas).
Frente a esas interpretaciones, en deuda con la pintura del pasado, se hace evidente la renovación impresionista (Regoyos) y la libertad del postimpresionismo catalán (Gimeno), así como el paisaje simbolista (Rusiñol y Raurich) y el naturalismo luminista (Meifrén, Sorolla, Santa María, Mongrell, Matilla, Martínez Cubells e, incluso, Bertuchi).
La reacción contra esta última orientación pictórica puede advertirse en un amplio conjunto de obras, imbuidas de una estética más expresiva relacionada con la ideología del 98 (Zuloaga, Iturrino y Arteta). A la influencia de la cultura francesa y la recuperación de una nueva monumentalidad se suma la importancia de los temas regionales (Sotomayor) y el gusto por la ornamentación propio del Déco (Nieto).
Finalmente, hay algunos ejemplos del eco que las vanguardias encontraron en España, con la peculiar recreación del
cubismo
Término acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles (1870-1943) para designar al movimiento artístico surgido en Francia en 1907 de la mano de Pablo Picasso (1881-1973) y Georges Braque (1882-1963), que implicó una ruptura definitiva con la pintura tradicional. Considerada como la primera vanguardia histórica del siglo XX, su principal característica es la representación de la naturaleza a través del uso de formas geométricas bidimensionales que fragmentan la composición, desapareciendo por completo la perspectiva. Esta innovación plástica y conceptual supuso una gran revolución y jugó un papel fundamental en el desarrollo del arte del siglo XX.
que practicaron los pintores residentes en París hacia esa época (Viñes), en algunos casos con una geometría más severa (Vázquez Díaz). Estas innovaciones, junto con el temprano paisaje urbano neoyorquino (Vaquero Palacios), suponen una interesante muestra de la renovación pictórica española hacia el final del primer tercio del siglo XX.
Obras del itinerario