José María Yturralde

(Cuenca, 1942)

Figuras Imposibles

1974

Serigrafía sobre papel (1/125) y (6/125)

63,60 x 48,80 cm

Nº inv. 33878 y 33877 b

Colección BBVA España



Artista multidisciplinar, José María Yturralde ha jugado un papel fundamental en la renovación plástica española del siglo XX gracias a su innovadora aplicación de la tecnología y la ciencia al ámbito de la creación.

Desde la década de los sesenta se interesa por los movimientos no figurativos internacionales, con una especial inclinación hacia la
y el
por su relación con las matemáticas y la geometría, poniendo de manifiesto su persistente búsqueda del vínculo entre ciencia y arte. Yturralde pudo experimentar de primera mano esta interrelación entre 1968 y 1973 gracias a una beca para participar en el primer seminario Generación automática de formas plásticas en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid (CCUM) junto a otros autores del momento, como José Luis Alexanco (1942-2021), Eusebio Sempere (1923-1985) o Soledad Sevilla (1944). Este acontecimiento, de gran relevancia para promover una nueva manera de comprender el arte en nuestro país, estuvo impulsado por la donación de la empresa IBM de la supercomputadora IBM 7090, la primera máquina de estas características en España. Así, el centro de estudios se convirtió en un espacio de estudio de las posibilidades de empleo del cálculo automático en diversas disciplinas ajenas al mundo tecnológico, como la música, la literatura o las bellas artes.

En este contexto concibió José María Yturralde sus célebres Figuras imposibles, que fueron el resultado de una extensa labor en equipo para desarrollar un programa informático que generase múltiples combinaciones de los polígonos de Penrose de tres, cuatro y cinco lados. Mediante un algoritmo se creaban infinitas imágenes, que posteriormente Yturralde estudiaba, seleccionando aquellas que consideraba más atractivas. Una vez escogida la forma que le interesaba, trasladaba sus perfiles a diversos soportes. El resultado de este proceso, tal y como muestra esta
, era una relectura en clave contemporánea de las utópicas escenografías de Escher (1898-1972), presentando una figura totalmente inverosímil con apariencia de auténtica realidad. Con estas composiciones, basadas en juegos de percepción mediante los que recrea las tres dimensiones con datos bidimensionales, Yturralde incita al espectador a detenerse y examinar la pieza con el fin de desvelar el misterio que envuelve su complejidad. Plásticamente, llama la atención la potencia cromática de la silueta que parece emerger de un fondo oscuro que hace resaltar el vibrante color de la estructura y acentúa su carácter ingrávido.

La Colección BBVA cuenta con un extraordinario conjunto de estas estampas que resultaron fundamentales en su producción y sentaron las bases de un grupo de esculturas denominadas “estructuras volantes”, que ejecutó a mediados de los años setenta durante su estancia en el Center for Advanced Visual Studies, Massachusetts Institute of Technology (MIT).