Joan Miró

(Barcelona, 1893 – Palma de Mallorca, 1983)

L’adorateur du soleil

1969

grabado (aguafuerte, aguatinta y carborundum) sobre papel Arches (49/75)

105,3 x 67,9 cm

Nº inv. 600

Colección BBVA España


Dentro de la producción gráfica de Joan Miró, los años 1968 y 1969 adquieren gran relevancia. Durante este periodo el artista introduce dos cambios fundamentales respecto a su trabajo anterior: aumenta considerablemente el tamaño de sus piezas y experimenta con nuevas técnicas calcográficas, entre las que destaca el carborundum, que aporta una nueva materialidad al soporte y dota de volumen a la composición.

Si bien a nivel técnico investiga con procedimientos no utilizados antes que le llevan a conseguir resultados novedosos, a nivel iconográfico recurre a temas habituales de su personal vocabulario plástico. Entre ellos sobresalen las formas orgánicas de carácter surrealista, así como la gestualidad de la caligrafía oriental, que evidencia la fascinación del autor por la cultura de Japón, país que había visitado en 1966 y al que regresaría precisamente en 1969.

L’adorateur du soleil es un excepcional ejemplo del grabado que Joan Miró realiza en este momento. La obra, de gran formato, presenta un interesante juego de contrastes entre las potentes áreas de color sólido y las manchas grises cuyas salpicaduras reflejan la influencia del
y, muy especialmente, del
de Jackson Pollock (1912-1956). Los distintos elementos distribuidos a lo largo de la pieza –llaman la atención los grandes círculos azul y rojo y la estructura corporal abstracta en negro que centra la composición− invitan al espectador a detenerse e ir adentrándose en su particular universo.