Salvador Dalí

(Figueras, Gerona, 1904 - 1989)

Dalí martien muni d´un double microscope holo-électronique

1974

Serie La conquête du cosmos

grabado (aguafuerte, punta seca y gofrado) y cromolitografía sobre papel (9/195)

74 x 55 cm

Nº inv. P00957

Colección BBVA España


Esta serie de Salvador Dalí, recogida en el Catalogue Raisonné of prints II: lithographs and wood engravings 1956-1980, está compuesta por doce aguafuertes, puntas secas y cromolitografías sobre papel Arches. Fue editada en París por Jean Lavigne, que conoció a Dalí en España y muy pronto manifestó una profunda admiración por su trabajo. Lavigne sugirió a Dalí embarcarse en un nuevo proyecto, para el que le ofrecía su colaboración; el artista, interesado en lo que denominaba “conciencia cósmica”, emprendió la ejecución de esta serie tan peculiar.

En su conjunto, estos aguafuertes vienen a constituir una exposición de la “cosmogonía” daliniana, en la que tienen cabida múltiples seres extraños que vagan por un mundo cósmico y surreal.

Interesado por el pensamiento psicoanalista de Sigmund Freud, le atrae la exploración del subconsciente, el estudio de los mecanismos de represión y el papel de la sexualidad, así como la concepción del desarrollo de la personalidad de acuerdo con determinadas etapas psicosexuales: oral, anal, fálica, latente y genital, presentes no sólo en este ciclo sino en toda su obra.

En esta serie de gran complejidad interpretativa se pueden apreciar algunas referencias implícitas y otras explícitas, como las formas fálicas y las alusiones a los genitales masculino y femenino. Muletas, rinocerontes, sangre, mariposas y relojes forman parte de un universo simbólico que se repite de modo sistemático en muchas de sus obras, configurando una iconografía bien reconocible.

Uno de esos elementos iconográficos típicamente dalinianos es la muleta, presente en casi toda la serie, y cuya función es la de sostener estructuras blandas. El artista la sitúa estratégicamente, sujetando caras o extensiones del cuerpo humano. Su obsesión por este objeto se fundamenta en un recuerdo de la infancia: “[la muleta] me comunicaba una seguridad y una arrogancia de la que no había sido nunca capaz hasta entonces”. En este sentido, se ha relacionado con el elitismo del pintor, asociado al uso de un bastón, utensilio que parece conferir un porte aristocrático. Su visión de este objeto irá evolucionando posteriormente hacia un sentido complementario como “símbolo de muerte y símbolo de resurrección”; algunos estudiosos relacionan la muleta con el horror del artista a su impotencia sexual.

También está presente en esta serie el rinoceronte. Trasunto del unicornio mitológico, el rinoceronte fascinaba a Dalí hasta el punto de afirmar en su Diario de un genio: “acabo de descubrir de pronto que, sin siquiera darme cuenta, durante toda mi vida no he pintado otra cosa que cuernos de rinocerontes” . Un claro símbolo fálico, reforzado por la creencia de que ingerir su polvo aumentaba la potencia sexual.

Asimismo la sangre, reflejada en varios de grabados de esta serie, tiene una connotación erótica para el artista. Está ligada al primer acto amoroso con Gala. Generalmente la sangre resbala y cae espesa, como si fuera a regar la tierra y aplacar una sed simbólica de erotismo y fe.

Las hormigas, que pueblan su obra a lo largo de toda su vida, son uno de los animales más admirados por Dalí. Imagen gráfica del deseo sexual, se asocian al mismo tiempo a la putrefacción, a la decrepitud de lo vivo; en definitiva, a la muerte, algo que atormenta al artista y le inspira horror.

Por su parte, las mariposas, que aparecen en Papillons de l’anti-matière, simbolizan la transformación, la metamorfosis. En este caso, los insectos son los ojos de dos seres que parecen fundirse, en una representación con una fuerte carga erótica.

Igualmente recurrentes son los relojes blandos, uno de los símbolos más característicos en la obra del artista. En esta serie aparecen en el grabado titulado Les montres gélatines de l’espacetemps. El reloj que se derrite, en contraposición al reloj rígido al que el hombre se encuentra supeditado, representa la relatividad de la experiencia espacio-temporal. Tiempo y espacio no son datos objetivos, sino dimensiones de la experiencia individual.