Álvaro Delgado

(Madrid, 1922)

Cabra

h. 1970

tiza o pastel blanco y sanguina sobre papel

55 x 75,1 cm

Nº inv. P01020

Colección BBVA España


Álvaro Delgado participa en los primeros intentos de acabar con el academicismo —fue discípulo de Daniel Vázquez Díaz (1882-1969) e integrante de la
 Segunda
 
y más tarde de la
— y renovar el arte, acercándose a las nuevas formas de expresión sin romper por ello con la tradición.
 
En la década de los sesenta su estilo evoluciona hacia un expresionismo cada vez más exacerbado en el que las formas abstractas se han impuesto sobre las figurativas. Desarrolla una pintura gestual que compone a partir de trazos rápidos y espontáneos; sus manos actúan como vehículo de transmisión entre el pensamiento y la acción.
 
Sin embargo, pese a ser el expresionismo una constante en sus pinturas y en sus dibujos, definir su obra como tal sería limitarla en exceso, ya que en Álvaro Delgado se superponen diferentes estilos y lenguajes.
 
Este apunte de una cabra forma parte de Crónica de la Olmeda, compendio de dibujos que ilustran la naturaleza geográfica, animal y humana del municipio madrileño de Olmeda de las Fuentes, que ejecutó el artista entre 1965 y 1975 durante su estancia en dicha villa. A través de estas composiciones abocetadas logra captar la esencia de sus paisajes y sus gentes, conciliando la práctica cubista, por la que se sentía muy atraído, y el entusiasmo fruto de sus vivencias emocionales de esos años.
 
Sus trazos son seguros, con una cierta carga dramática que aumenta su intensidad sobre el soporte de papel negro seleccionado por Delgado. Se ha dicho de él que es un pintor capaz de hermanar la intuición y el intelecto.