José Segrelles

(Albaida, Valencia 1885 — 1969)

Caronte. Canto II de la Divina Comedia

h. 1929

acuarela sobre papel

22,7 x 16,3 cm

Nº inv. P01067

Colección BBVA España


La producción artística de Segrelles alcanzó un gran éxito, sobre todo en su faceta como ilustrador de historias, cuentos y fábulas.
 
De espíritu inquieto y soñador, el pintor dotó a sus composiciones de misticismo y simbolismo, logrando sumergir al lector en un mundo fantástico y onírico que resultaba ser el acompañamiento perfecto a los textos que ilustraba; hechos excepcionales, visiones aterradoras, tormentos, seres mágicos; todo ello exaltaciones de la imaginación de un artista que nos recuerda, por el enardecimiento de lo sublime, la obra de Johann Heinrich Füssli (1741—1825) y la del pintor y poeta William Blake (1757—1827). 
 
Este dibujo forma parte de la serie de ocho acuarelas que Segrelles realizó para ilustrar las Historias de Dante. La Divina Comedia; encargo que recibió de la Editorial Araluce a finales de la década de 1920. Gracias a la calidad de este trabajo, en 1929 obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Barcelona.
 
En esta obra nos muestra a Caronte, el personaje mitológico griego cuya misión era transportar en su barca, a través de los pantanos del Aqueronte, hasta la orilla opuesta del río de los muertos, las almas al inframundo; éstas, en pago, debían entregarle un óbolo, motivo por el que se acostumbraba a introducir una moneda en la boca del difunto en el momento del enterramiento. Segrelles representa al barquero de manera inquietante, como un hombre anciano de grandes ojos, boca entreabierta y larga barba canosa. Su rostro parece el de un ser fantasmagórico, con ojos y fauces que recuerdan a una serpiente e infunden temor y angustia. Un personaje híbrido, a medio camino entre un hombre y un extraño ser de las profundidades marinas.