Julio Bosque

(Valencia, 1954 - 2018)

El ciprés repetido

1983

acrílico sobre lienzo

167 x 100 cm

Nº inv. 1679

Colección BBVA España


La obra de este pintor valenciano de formación autodidacta se vincula en sus inicios con una abstracción renovadora relacionada con el movimiento de origen francés
, que otorga una mayor importancia a la materia empleada y al proceso creativo, relegando el tema de la obra a un segundo plano. Su pintura, necesitada de sustento constructivo y estructural, recurre a una sobriedad gestual en la que existen referencias figurativas. Utiliza la técnica del
con gran profusión en su obra, principalmente en la más actual, que resuelve con disciplina y tenacidad.

Este díptico pertenece a una etapa creativa que se caracteriza por su personal utilización del color, con cierta influencia del impresionismo abstracto americano y de Paul Cézanne (1839-1906). La utilización de brochazos continuos y controlados permite la captación serena del ciprés junto a su imagen especular, generando una simetría provocada. Sin embargo, las diferencias de dibujo y color entre ambos elementos le confieren una identidad propia y nos remiten a la armonía.

La idea del reflejo aparece en otras obras de los años ochenta. La imagen repetida y multiplicada que convierte en corpóreo al objeto.

El ciprés del que nos habla el artista no es el melancólico del cementerio, el que se asocia a los difuntos, sino el árbol mediterráneo por antonomasia que Rusiñol quiso reivindicar como propio; el que nos acerca a los coloridos paisajes de la Toscana o a los cálidos patios catalanes.