Jan Philips van Thielen

(Malinas, 1618 – 1667)

Florero

h. 1650-1660

óleo sobre cobre pegado a tabla

42,5 x 31 cm

Nº inv. 2117

Colección BBVA España


Esta obra se relaciona con otras del mismo artista —como las que se conservan en la National Gallery de Washington o en el Fitzwilliam Museum—, que se especializó, con gran virtuosismo, en la representación de flores y de los insectos que con frecuencia las acompañan, género que encontró su mayor desarrollo en los obradores de los artistas flamencos. A diferencia de otros pintores de los Paises Bajos, Van Thielen no es hijo de un artesano, sino de un noble que se dedicó a la pintura. Fue discípulo de Seghers (1590-1661), el jesuita maestro de guirnaldas y floreros, cuya obra se aproxima mucho a la de este en composición y motivos.

Si tratamos de buscar un sentido simbólico a la representación a través del lenguaje de las flores, el artista podría estar refiriéndose a todos los aspectos que definen el amor en toda su dimensión, como si se tratase de un ciclo, por la perdurabilidad del mismo asociado al renacimiento y la inmortalidad, representados mediante la mariposa y la libélula.