Ignacio Tovar

(Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1947)

Paseo n.º 3

1982

acrílico sobre lienzo

165 x 110 cm

Nº inv. 2304

Colección BBVA España


En las fechas en las que pinta esta obra, el artista participa en la exposición Diez pintores sevillanos, lo que evidencia su pertenencia —junto a Manuel Salinas (1940) y Juan Suárez (1946) — a la incipiente vanguardia sevillana que en esos momentos se estaba gestando en la capital andaluza.

Esta obra pertenece a la serie Málaga, que realiza entre 1981 y 1982. La concreción del título no se evidencia en la propia obra. La figuración o la abstracción no es algo fundamental para él en este momento: “en lugar de contraposición figurativo/abstracto prefiero hablar de la sustitución del formalismo por una nueva preocupación por los contenidos; de la pintura como fin, por la pintura como medio de expresión”, afirmación que nos remite a la abstracción americana.

Vemos en sus obras ecos de la de José Guerrero (1914-1991) de esos mismos años —que introduce en nuestro país teorías que se estaban desarrollando entonces en el entorno artístico neoyorquino—, pero la influencia más clara, que se mantendrá durante toda su carrera, será la de Mark Rothko (1903-1970), con esas grandes superficies de color intenso llenas de suaves matices. En esta serie el protagonismo lo tienen las masas de color más oscuras, casi negras, de un azul profundo en el caso de esta obra.

La composición tiene un importante peso en su pintura; Tovar comienza estructurando sus cuadros de manera geométrica, simétrica y sosegada, pero consciente de ello, en la década de los setenta introduce la asimetría y la tensión dentro de esa aparente tranquilidad. Con esa asimetría juega en este lienzo, en el que la tensión compositiva es evidente.