Alex Katz

(Nueva York, 1927)

Vertical Evening

1982

óleo sobre lienzo

273,5 x 91,5 cm

Nº inv. 2559

Colección BBVA España



Destacado pintor figurativo, Alex Katz es conocido por su particular visión de las altas esferas de la sociedad estadounidense. Su trabajo −centrado en el ser humano y en el paisaje− es difícil de clasificar y responde a la necesidad del autor de representar desde un punto de vista personal su comunidad y su entorno. Considerado un precursor del
, su obra se aleja de las iniciativas abstractas que marcan el arte del siglo XX en Estados Unidos para proponer una mirada íntima y renovada de la figuración. En este contexto, su estilo se puede incluir dentro del llamado
americano. 

Desde los años sesenta divide su pintura entre el paisaje y los retratos, configurados mediante colores y formas planas, con una marcada economía de líneas y eliminando cualquier tipo de emoción. Influido por el cine, la televisión y la publicidad, aumenta progresivamente la escala de sus piezas, dotándolas de una gran precisión, una extrema pulcritud y un agudo sentido de lo pictórico.

Sus series de retratos copan su producción artística y son el principal rasgo distintivo de su trabajo. En ellos, el autor propone una visión silenciosa e introspectiva del retratado, invitando al espectador a adentrarse en su vida cotidiana y a adivinar sus pensamientos. A menudo los personajes se ubican en escenarios exteriores, con frecuencia del mundo suburbano o rural, aunque otras veces, como muestra esta obra, los sorprende en espacios interiores. 

Vertical Evening presenta a una mujer sentada, posiblemente al piano, con mirada pensativa y actitud serena y concentrada. Dada la similitud que la figura femenina guarda con su esposa Ada, a la que utiliza como modelo en muchos de sus lienzos, se puede tratar de un retrato suyo. En la composición llama la atención el empleo de colores planos, aplicados de manera uniforme y dotados de una luz difusa, como de un halo que nos recuerda una impresión fotográfica desenfocada. La primera sensación al observar este lienzo es de cierta frialdad, derivada del uso de contornos simples y de la ausencia de detalles. Sin embargo, contemplada con detenimiento, se advierte cómo el artista es capaz de captar la esencia, el estado anímico y el espíritu del retratado, en un intento de mostrar sus sentimientos más profundos, sean estos alegres o melancólicos.