Este retrato, como el de Fernando VI, guarda estrecha relación con los retratos oficiales de los monarcas que hoy se conservan en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pintados por Louis-Michel van Loo (1707-1771). En este caso, las joyas y el vestido se repiten con ligeras variantes, aunque el fondo se modifica.

Como su compañera, la obra ha sufrido cambios de formato. Ingresó en la colección del banco con identificación y autoría errónea —como retrato de María de Médici, atribuido a Anton Raphael Mengs (1728-1779)―, derivados posiblemente de la etiqueta que también tenía al dorso —prácticamente perdida en la actualidad— de la

 Caja General de Reparaciones de daños derivados de la guerra civil 

organismo de represión económica creado el 23 de septiembre de 1936 por el gobierno de Largo Caballero, con el objeto de incautar a favor del Gobierno los bienes de los civiles que apoyasen la sublevación militar del 18 de julio. Se incautaron multitud de bienes inmuebles y muebles ―la mayoría obras de arte de colecciones privadas.

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En este retrato oficial, la reina, hija de Juan V de Portugal (1689-1750) y de María Ana de Austria (1683-1754), aparece retratada de manera ostentosa y sus rasgos, embellecidos. El pintor ha mostrado su habilidad para representar un conjunto que deslumbra por la riqueza de las telas y las joyas, disimulando en el rostro las huellas de la viruela y subrayando su expresión de bondad, el mejor atributo de la retratada.