Mon Montoya

(Mérida, 1947)

Lujo, calma y voluptuosidad

1989

técnica mixta sobre lienzo

81 x 100 cm

Nº inv. 2778

Colección BBVA España


En los años ochenta el artista se ve influido por el neoexpresionismo dominante en esos momentos en la figuración española, lo que resulta evidente en la reducción del número de elementos y la aparición de la figura. También es entonces cuando introduce una grafía más cercana al dibujo, algo que no le abandonará.

Montoya forjó en los setenta y ochenta un lenguaje propio en el que se aprecian ecos de Francis Picabia (1879-1953) en la superposición de imágenes, de Paul Klee (1879-1940) en su figuración, de Joan Miró (1893-1907) en la abstracción de sus personajes, o de la
de Giorgio de Chirico (1888-1978).

Su creación es el reflejo y la expresión de sus emociones y sus pasiones vitales. Tal vez por ello, a partir de 1987 su obra atraviesa una crisis artística que coincide con otra vital, la provocada por la enfermedad de su buen amigo Rafael Baixeras (1947-1989), con el que había compartido su evolución personal y artística desde los setenta, cuando juntos formaron parte del grupo Seis y Cuatro.

El título de esta obra nos remite a un verso del poema de Charles Baudelaire “Invitación al viaje”, tema pastoral que ya plasmó Henri Matisse (1869-1954) en 1904. En contraste con el ambiente bucólico de Matisse, la interpretación de Montoya está impregnada de un erotismo perverso, delirio romántico de amor y muerte, en el que la figura central tiene algo de tótem moderno, a mitad de camino entre robot y maniquí metafísico.