Xavier Grau se forma en Barcelona, y en 1976 participa en esta ciudad en la exposición Por una crítica de la pintura, en la que el colectivo Trama presenta su revista con el respaldo de Antoni Tàpies (1923-2012). De este modo se adscribe a este grupo multidisciplinar, formado originariamente por José Manuel Broto (1949), Gonzalo Tena (1950) y Javier Rubio (1952), vinculados al

 Support-Surface 

tendencia artística que se oponía a movimientos como el minimal y el neodadaísmo en favor del propio acto pictórico. Los componentes de este efímero grupo concedían la misma importancia a los materiales, al gesto pictórico y a la obra acabada, desplazando el tema a un segundo término.

francés.

Influido por la abstracción americana, su composición aparenta ser espontánea, del gesto y el color, aunque sin embargo responde a una estructura meditada. Construye el lienzo mediante trazos y planos de color, creando una epidermis en la que es evidente un trabajo de superposición.

La obra O Ferran o García o Sevilla hace homenaje al pintor mallorquín, con el que Grau compartía en la década de los ochenta el gusto por el acto de pintar liberado de ataduras conceptuales. En este lienzo crea campos de color mediante la acumulación de trazos, dando como resultado un efecto barroco y muy expresivo. A su vez es un cuadro enigmático, en cuyo centro sitúa lo que podría ser una máscara veneciana, quizás aludiendo a la que García Sevilla introduce en su obra de 1980, Adán y Eva.