Esta obra, de una minuciosidad exquisita que logra transmitir la sensación de bullicio, es un testimonio detallado de las celebraciones de las cofradías católicas en Bruselas y al mismo tiempo constituye un documento histórico de la escisión de los Países Bajos en una Holanda protestante y un Flandes católico.

El cuadro se consideraba obra de Adam Franz van der Meulen (1632-1690) y se creía que representaba una visita de la corte a la catedral de Reims. En 1979 Matías Díaz Padrón la atribuyó a Snayers e identificó lo representado como la fiesta de los ballesteros ante la iglesia de Nuestra Señora de Sablón de Bruselas, el día 23 de abril de 1651.

El retrato de la cartela es sin duda el del archiduque Leopoldo Guillermo, que entre 1647 y 1656 fue embajador de los Países Bajos. El archiduque aparece también, según la tradición del festejo, disparando su ballesta junto al testero de la iglesia. Posiblemente existiese una inscripción, por desgracia borrada, que daría cuenta pormenorizada de la fiesta.

Esta celebración de los ballesteros se representó en varias ocasiones. Antoine Sallaert (1580-1650) lo hizo en 1615 con la presencia de la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, y Snayers pintó otra versión en una tabla perteneciente a los Musées Royaux des Beaux-Arts de Bruselas en la que se repiten muchos elementos y personajes de esta, como el fondo de arquitectura y el paisaje, algunos grupos aislados ―la carroza de caballos del ángulo inferior derecho―, y el retrato del archiduque Leopoldo Guillermo, aunque desplazado en este caso al ángulo inferior derecho, con idéntico modelo y cartela muy similar.