Fernando Almela

(Valencia, 1943-Madrid, 2009)

Sin título

1984

óleo sobre lienzo

60 x 73,2 cm

Nº inv. 555333

Colección BBVA España



Con una estética serena y una excepcional deferencia hacia el soporte, sea tela o papel, Fernando Almela trata indiscutiblemente de ensalzar la naturaleza tangible de las cosas.

Gran parte de sus obras están realizadas con gradaciones monocromáticas y con formas que oscilan entre la figuración y la abstracción, remitiendo, en cierto sentido, a la obra del artista Mark Rothko (1903-1970). Al mismo tiempo, se puede detectar una cercanía con los bodegones del pintor Paul Cézanne (1839-1906). Además, fascinado por el continente asiático, en su obra resulta evidente la influencia del mundo oriental.

Las temáticas más presentes en sus pinturas son principalmente el paisaje y las naturalezas muertas. Con estas últimas, juega con los volúmenes y el color dejando algunos objetos en blanco, convirtiendo así el hueco en figura. Como el propio artista afirma, “en mis cuadros el fondo se convierte en figura, no sólo físicamente −la preparación de la tela se deja en esta zona sin pintar−, sino visualmente. Los blancos son la figura del cuadro; en cambio, el fondo visual de mis cuadros es lo que está intervenido, lo que tiene materia física, pintura”.

Almela nunca dejó de reflexionar sobre la fuerza óptica de los elementos representados, algo que se puede observar en este bodegón. La composición es simétrica, sencilla: un jarrón blanco en el centro del lienzo ofrece un aspecto diáfano; parece recortado sobre un fondo de pinceladas sueltas con tonalidades frías −azules y morados−. A los lados, algunos objetos redondos −bien podría tratarse de frutas− reposan sobre una mesa. Aplicando ligeros toques naranjas, verdes y amarillos, Almela parece jugar con el color.