Josep María Mallol Suazo

(Barcelona, 1910 − 1986)

La noia de la mandolina

s.f.

óleo sobre lienzo

61,4 x 50,5 cm

Nº inv. CX00720

Colección BBVA España


Excepcional lienzo de este artista catalán, gran conocedor de las técnicas pictóricas, que no se dejó influir por las vanguardias contemporáneas, sino que desarrolló un estilo muy personal, sin alejarse jamás de la figuración.

En un principio su obra se fundamentó en un dibujo muy definido, que posteriormente completaba con masas de pigmento, que aplicaba con una pincelada rápida. En cambio, y coincidiendo con su etapa brasileña, a fines de los años sesenta el dibujo de sus paisajes se hizo más disuelto y etéreo, generando una imagen más reducida y vibrante.

En esta Niña de la mandolina, al igual que acontece en muchos de sus bodegones y paisajes, las figuras parecen inmersas en una profunda melancolía e impregnadas de un hieratismo que las congela en el tiempo. El ambiente de sus pinturas siempre es sosegado, nostálgico y de una cierta aflicción.

A fin de individualizar psicológicamente a los personajes, Mallol realiza un estudio de la figura humana. En este caso contemplamos a una muchacha de ojos almendrados y gesto sereno y pensativo en actitud de tocar la mandolina. La mano izquierda que sostiene la cabeza del instrumento no está bien situada en el mástil para percutir las cuerdas, una postura que parece algo forzada y lleva a pensar que se trata de un estricto posado. En cambio, la mano derecha reposa sobre la caja de resonancia en una actitud más natural para hacer sonar el instrumento.

En cuanto al fondo, la figura parece situada delante de una ventana abierta a un cielo azul, enmarcada por lo que parecen ser unas cortinas con motivos de roleos y flores, que bien podrían remitir a la decoración a candelieri tan característica del Renacimiento italiano.