Anónimo catalán

San Martín

h. 1480-1490

óleo sobre tabla

140 x 83 cm

Nº inv. P00190

Colección BBVA España



Esta tabla es un excelente ejemplo del estilo catalán de finales del siglo XV, en la estela de Jaume Huguet (1412-1492), de quien procede la delicadeza de la representación del santo y el halo de múltiples círculos concéntricos dorados. La exquisita decoración de tallos vegetales en el fondo de oro es, sin embargo, mucho más minuciosa y fina que la del gran maestro catalán y parece relacionarse más con las utilizadas en Valencia en ese momento.

El tratamiento de los arreos del caballo y de los bordes de la capa, en delicado relieve de oro, así como las sugerencias de arquitectura del paisaje, apuntan hacia la escuela de Lérida, de momento sin adscribir a ningún maestro, por lo que habría que considerarla como anónima del ámbito catalán, de hacia 1480-1490.

Existe un San Martín y el mendigo que perteneció a la colección parisina Kleinberger —que Chandler R. Post atribuye al Maestro Girard (Pedro Girard, valenciano, documentado en Vic en 1494) y Josep Gudiol i Ricart al Maestro de Cervera (activo en la zona fronteriza de contacto de las provincias de Lérida, Barcelona y Tarragona)— que repite esta tabla con ligeras variantes y una calidad más pobre, lo que parece asegurar que este San Martín ha de situarse en esa órbita, aunque su calidad obliga a pensar en un artista de mayor sensibilidad y refinamiento.

San Martín de Tours (316-397) nació en Hungría, se educó en Pavía, e ingresó con quince años en la guardia imperial romana, en la que sirvió hasta el año 356 en Francia. Abandonada la vida militar y tras su bautizo, se unió en Poitiers a los discípulos de san Hilario. En el 370 fue nombrado obispo de Tours.

La escena representa un suceso acaecido, según la tradición, en el invierno de 337 en Amiens, cuando Martín encontró cerca de la puerta de la ciudad a un mendigo tiritando de frío, a quien dio la mitad de su capa, pues la otra mitad pertenecía al ejército romano al que servía. A la noche siguiente, tuvo una visión en la que Cristo se le apareció vestido con la media capa donada para agradecerle su gesto.