Anónimo

Inmaculada

primera mitad del siglo XVII

óleo sobre lienzo

187,5 x 126 cm

Nº inv. P02146

Colección BBVA España


Círculo de Antonio del Castillo (Córdoba, 1616-1668)

Benito Navarrete ha relacionado este lienzo con la obra de Antonio Del Castillo y Saavedra (1616-1668), pero la rigidez de la Virgen en su postura y en los plegados de su manto, así como el estatismo de los querubines hacen pensar que se trata de una obra temprana del artista, de hacia 1635, o de algún imitador. Por su parte, los angelotes que rodean a María se acercan a modelos del pintor cordobés Antonio Mohedano (1563-1626), pintor de la generación precedente, aunque ya se aprecian también rasgos típicos de los del Castillo.

También se ha encontrado semejanza en la distribución de los ángeles niños en simetría perfecta y la aureola de querubines sobre la cabeza de la Virgen con la estampa de la Inmaculada de Raffaello Schiaminossi (1572-1622) realizada sobre composición de Bernardo Castello. Por otra parte, este modelo de Virgen se puede relacionar con obras coetáneas de Francisco Pacheco (1564-1644) —que en El arte de la pintura aconseja cómo representar a la Inmaculada— o Francisco de Zurbarán (1598-1664), por la forma de resolver las vestiduras de la Virgen, la aureola y la distribución de los atributos marianos en el espacio.

La Virgen aparece acompañada de sus símbolos más representativos: los rayos de sol que salen de su cabeza y la luna bajo sus pies. A su izquierda hay elementos tomados del Cantar de los Cantares: la fuente en el huerto, el jardín cerrado y el ciprés de Sión. A su derecha el pozo de aguas vivas, la torre de David y la palma exaltada. Los atributos que portan los angelitos que la rodean proceden igualmente de dicha fuente: la rama de olivo, el lirio, la rosa y la azucena, símbolo de la pureza.