Referentes femeninos en la Colección BBVA: Mari Puri Herrero


Mari Puri Herrero (Bilbao, 1942) es una destacada pintora y grabadora del panorama vasco contemporáneo. Su estilo, difícilmente clasificable dentro de un único movimiento artístico, ha sido descrito por Fernando Huici como “impresionismo mental” y se caracteriza por una representación íntima del paisaje, de la sociedad y de su mundo interior que se mueve entre la abstracción y la figuración. Con una amplia carrera marcada por su arraigo vasco y sus estancias en Madrid, Ámsterdam y París, ha logrado mantener una mirada fresca para captar lo cotidiano y lo sobrenatural desde una perspectiva totalmente personal.

A lo largo de su carrera su trabajo ha sido premiado con numerosos galardones: en 2012 recibe el premio Sabino Arana, que reconoce su aportación a la fiesta Bilbaína Aste Nagusia (Semana Grande), por la creación, en 1978, del personaje Marijaia; en 2019 el Ayuntamiento de Bilbao le otorga el reconocimiento Ilustre de Bilbao por “su dilatada trayectoria y su aportación al imaginario bilbaíno”. En 2022 se le concede el premio Gure Artea 2022 como reconocimiento a su carrera artística. 

Su obra forma parte de importantes instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Biblioteca Nacional o el Museo Artium.

Pregunta: En tus años de formación partes de una pincelada de siluetas más sólidas, influenciada por el estudio de grabadores históricos y por el aprendizaje de la técnica del grabado y de la pintura entre Madrid y Ámsterdam. ¿Cómo conviven ambos perfiles y qué te llevas del grabado a la pintura?

Respuesta: Cuando empecé a pintar, lógicamente desconocía casi todo de la técnica. Siempre, en pintura, me ha interesado la vibración de los colores, su valor atmosférico. Al principio, influída por la trama de líneas del
, intentaba conseguir algo así con los colores y siempre me quedó algo de esta idea, aunque luego aprendí más cosas. Por eso me fui a Amsterdam, atraída por la tradición que allí había de pintores-grabadores.

P: Existen varias versiones de El comedor, una de tus obras más conocidas, tanto en pintura (1974, 1978-80, 1991-94, …) como en grabado (1979). La Colección BBVA cuenta también con dos versiones de los dípticos La noche y El día, que, acompañados de un conjunto de acuarelas, se expusieron en el Museo de Historia de Durango en 1986. ¿Cómo surgen estas repeticiones casi idénticas a lo largo de tu trayectoria?

R: Me gusta insistir en un tema, cuando me interesa.  Me gusta ver el tema de diferentes maneras, similares, a veces, pero raramente idénticas. En los dípticos de “El día y la noche”, empecé por los dos pequeños, de un metro de altura, pero aún sin acabarlos, comprendí que necesitaba una amplitud para el color, mucho más grande.  Entonces pinté los grandes y acabé los pequeños seguidamente.  Aunque un poco, todo al tiempo.

Por aquel tiempo, también hacía acuarelas y algunos dibujos alrededor del tema.  Estos fueron los que se expusieron con los dípticos grandes en las Salas de Ezkurdi, entonces dependientes del Museo de Durango, que dirigía Leopoldo Zugaza, recientemente fallecido.  Se quedaron para el Museo, los papeles, solamente.
Mari Puri Herrero - La noche - 1985
1985
Mari Puri Herrero - El día - 1985
1985
Mari Puri Herrero - Caput mortuum. La ría en el Abra - 1987-1988
1987-1988