Joaquín Sorolla y Bastida

(Valencia, 1863 – Cercedilla, Madrid, 1923)

Estudio de una calavera

1883

óleo sobre cartón

22,8 x 28,8 cm

Nº inv. 580

Colección BBVA España


La obra, cuyo asunto es poco habitual en la producción del artista, revela el interés que debieron de despertar en él los motivos barrocos de vanitas que pudo ver en el Museo del Prado, donde copió obras de José de Ribera (1591-1652) y, sobre todo, de Diego Velázquez (1599-1660). Este tema solo lo utilizaría posteriormente en la pintura Postrimerías (h. 1884), en donde aparece la misma calavera —también sin maxilar inferior— apoyada sobre un libro abierto junto a otros objetos.

El óleo fue realizado en un momento en que pintaba escenas históricas o cuadros sociales, su paleta era todavía oscura y poco manchada, y su pincelada más fina y menos empastada.

Realizado en Madrid, sobre cartón duro de fabricación inglesa, pre­pa­rado para pintar bocetos al óleo, revela un interés no solo por el motivo, realizado sin duda del natural, sino también por la ambientación. La luz destaca con finura las calidades del cráneo y permite apreciar los reflejos de color rosa y azul. La calavera, a la que le falta el maxilar inferior, se funde con el fondo y con el paño rojizo sobre el que parece descansar, mediante una veladura.

El artista regaló esta obra, junto con cinco copias de pinturas de Velázquez de pequeñas dimensiones, a Amalio Gimeno, conde de Gimeno, académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, al que había conocido muy joven. A su muerte, su viuda vendió dichas obras a Álvaro Figueroa, conde de Romanones, también académico de Bellas Artes, desde donde ingresó en la Colección BBVA.

Al dorso, certificación del pintor Manuel Benedito: “el gran Sorolla pintó el cuadrito/Cráneo el año 1883 y las copias/de Velázquez (cabezas) el año/1884 año este que visitó el maestro/por primera vez Madrid/M. Benedito [rubricado]”